miércoles, 30 de mayo de 2018

LES SAISONS






EDAD MODERNA


ESQUEMA SIGLO DE ORO






EL SIGLO DE ORO





 Cuando empezó el siglo XVII, España tenía el imperio más rico y poderoso del mundo. Pero el país tenía grandes problemas internos y conflictos con otros países. En pocas décadas, España perdió el dominio en Europa y entró en una profunda crisis económica y social.
En este siglo reinaron en España tres monarcas: Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700).
La decadencia política y económica no supuso la decadencia cultural. El siglo XVII fue una de las etapas más brillantes de la cultura española. Es el siglo del Barroco, surgido en Italia pero ampliamente desarrollado en España. En un siglo en el que comienza la decadencia del Imperio Hispánico la cultura se encuentra en el denominado Siglo de Oro de las letras y las artes.
El Siglo de Oro español – tiempo en que las artes, las letras y la política tuvieron el mayor incremento y esplendor en España – fue un período de algo más de 150 años, que abarcó toda la segunda mitad del siglo XVI y prácticamente todo el siglo XVII.
EVOLUCIÓN CULTURAL EN EL SIGLO XVII
El fenómeno cultural más importante y general a toda Europa durante el siglo XVII fue el llamado estilo barroco (que ya había comenzado en el siglo XVI). Con esta palabra no se designa un estilo particularmente definido, sino un fenómeno cultural cuyas manifestaciones artísticas y literarias, a diferencia del equilibrio y serenidad propias del Renacimiento, gustan de lo complicado y confuso.
CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA BARROCA
Se conoce como Barroco a una etapa cultural del mundo occidental que abarcó el siglo XVII y gran parte del XVIII. En el Barroco se desarrollaron todas las ramas de la cultura. Sus principales características fueron:
                Los artistas barrocos querían representar la realidad tal y como era, sin ocultar sus defectos.
                Pretendían provocar grandes sentimientos en el espectador; para ello realizaban obras llenas de movimientos y contrastes.
                En literatura se crearon grandes obras, de autores como el inglés Shakespeare y el francés Moliére. En España Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca.
                En la música brillaron compositores como Vivaldi, Haendel y Bach. En esta etapa se escribieron las primeras óperas.
EL SISGLO XVII EN ESPAÑA
siglo-de-oro

La Literatura

La literatura barrocaEn la novela destaca Cervantes y su Don Quijote de la Mancha, obra cumbre de la literatura universal que refleja las angustias y sinsabores de la sociedad del siglo XVII. Continuador de la novela picaresca será Quevedo y su Buscón. En la poesía rivalizaron los dos estilos representativos del Barroco español son el conceptismo (Quevedo) y el culteranismo (Góngora).
El teatro adquirió, después de Lope de Vega, unas formas características, muy en consonancia con la estética del Barroco: libertad y amplitud de temas, mezcla de lo trágico y lo cómico, de lo popular y lo culto. Es una de los entretenimientos preferidos por los contemporáneos que se representaba en las famosas corralas. Entre un sin número de excelentes dramaturgos descollaron Tirso de Molina (El burlador de Sevilla) y Pedro Calderón de la Barca (La Vida es sueño).

El arte Barroco: El Barroco se nos presenta como un arte con caracteres eminentemente religiosos.

La arquitecturaEn arquitectura, se van añadiendo detalles decorativos, frontones, líneas curvas, entrantes y salientes que producen juegos de luces y sombras, y se tiende hacia el colosalismo. La Compañía de Jesús,  construye obras grandiosas en diversos lugares (Clerecía de Salamanca). Ya muy avanzado el siglo, el Barroco arquitectónico lleva a la exuberancia decorativa que, del nombre de los Churriguera, se ha llamado churriguerescoImportante fue también la construcción de las plazas Mayores en diferentes ciudades (Madrid, Salamanca..).
La esculturaEn el XVII  continuó al servicio de la religión. Los «imagineros» (autores de imágenes) españoles trabajaron casi exclusivamente en madera, policromada, y crearon una iconografía muy característica (Cristo en la cruz, Cristo yacente, Piedad, Inmaculada). Fueron numerosas las imágenes procesionales de Semana Santa. Hubo una escuela escultórica, más sobria, en Castilla, cuya figura principal fue Gregorio Fernández, y dos escuelas en Andalucía: la sevillana (Martínez Montañés) y la granadina (Alonso Cano, Pedro de Mena).
La pintura. En el siglo XVII descollaron numerosos pintores. Destacaron Francisco de Zurbarán, destacó en la pintura religiosa (cuadros de frailes), y  a la vez  trata con extraordinaria perfección los objetos inertes con sus bodegones. Bartolomé Esteban Murillo, de él destacan las pinturas religiosas de inmaculadas  al mismo tiempo que capta escenas del más puro realismo picaresco en sus cuadros de pilluelos. Valdés Leal, destacan  dos grandes lienzos que pintó para el Hospital de la Caridad de Sevilla. Ribalta cultivó el claroscuro en sus obras. Ribera se caracteriza por su vigoroso realismo (Martirio de San Bartolomé). El más importante de los pintores españoles del Siglo de Oro, Diego de Silva Velázquez (I599- 1660). Tenebrista,  pintó numerosos retratos de los reyes y cortesanos  (Felipe IV, Príncipe Baltasar Carlos o el Conde-duque de Olivares). Fue un genio de la pintura universal, dueño de una técnica prodigiosa y preocupado constantemente por los problemas de la luz, la perspectiva y la atmósfera que rodea las figuras (perspectiva aérea). Junto a retratos prodigiosos (Pablillos de Valladolid, El Papa Inocencio X) y temas históricos (La rendición de Breda), Velázquez nos ha legado un desnudo, el único de la pintura española antes de Goya (La Venus del espejo), pinturas mitológicas (La fragua de Vulcano, El triunfo de Baco) y dos paisajes de la Villa Médicis, cuya técnica se considera impresionista, y, especialmente, dos obras en las que, al final de su vida, logró captar el aire que envuelve las figuras: Las Hilanderas y Las Meninas.

viernes, 18 de mayo de 2018

CARLOS I Y FELIPE II

1. Imperios territoriales de Carlos I y Felipe II.
A. Posesiones de Carlos I.
Al iniciar su reinado en 1516, había heredado los siguientes territorios pertenecientes a su familia tanto paterna como materna:
a. De sus abuelos maternos: heredó las Coronas de Castilla y Aragón con sus posesiones en Italia, el norte de África, y sobre todo, el nuevo continente descubierto hacía 25 años.
b. De su abuela materna recibía el Franco Condado, los Países Bajos y Borgoña.
c. Además, a la muerte de su abuelo paterno, Maximiliano de Austria, heredó también sus posesiones en Alemania y Austria, amén de los derechos al título de emperador del Sacro Imperio Germánico.
B. Posesiones de Felipe II.
Tras la Paz de Augsburgo (1555), el fracaso ante los protestantes llevó a Carlos I a renunciar al poder. Dividió sus posesiones entre:
a. Su hermano Fernando, a quien cedió el título imperial y los Estados alemanes, y su hijo Felipe, a quien traspasó la Monarquía hispánica, a los que sumó los territorios borgoñones en los Países Bajos.
b. Felipe II comenzó su reinado en 1556. Heredó de su padre el imperio más grande de la Tierra y durante su reinando aumentó sus territorios, no solo con la expansión en América y en Asia (Filipinas), sino también a partir de la unión con Portugal, la llamada Unión Ibérica en 1580.
2. Problemas que acarreaban.
a. La herencia recibida por Carlos I era un conjunto heterogéneo de territorios que solamente tenían en común a su monarca. Estos se hallaban dispersos por Europa, así como por una prometedora América. Esos problemas de desunión territorial se contrarrestaban con una política integradora que tenía dos instrumentos principales: el mantenimiento de la unidad religiosa en torno al catolicismo y la idea de una monarquía universal.
El objetivo de la política exterior de Carlos I estuvo marcada por los intereses dinásticos de los Austrias y no tanto por los intereses de los reinos hispánicos. Tanto en el caso de Carlos V como de Felipe II, los problemas que padecieron por su legado territorial se debieron a tener como primer objetivo, así como por intentar mantener una hegemonía en Europa con la religión católica, mantener los territorios recibidos de su familia, costase lo que costase
Desde esta perspectiva se explican los principales problemas de su reinado: el enfrentamiento con Francia y con los turcos, y la lucha contra la expansión del luteranismo en Alemania.
b. En el caso de Felipe II, le concedió más importancia que su padre a los reinos hispánicos, aunque como hemos referido, siguieron prevaleciendo los intereses dinásticos sobre los propiamente españoles. Su objetivo de mantener la hegemonía en Europa supuso también un foco de conflictos constante: enfrentamientos con el Imperio Otomano (Lepanto), Holanda o Provincias Unidas e Inglaterra (1588).